Me sorprendieron, desde el primer momento, pero cuando llegó su día lo hicieron aún más. Fue una mezcla de sencillez, elegancia y sofisticación, sin pretensiones pero con clase.
Nada de posados, nada de grupos… nada de nada de lo que normalmente otras parejas necesitan. Esto sí fue un reportaje de fotoperiodismo puro y duro, pero aquí está el resultado. Espero que os guste a todos.