Preciosa, mágica y emocionate.
Preciosa porque ellos la hicieron así.
Mágica porque el entorno de un espacio como la Finca Maradela nos hace posible creer en hadas y duendes de bosques encantados y porque Vera, su preciosa hija formaba parte de ese escenario.
Emocionante por los que estuvieron, por los que se les echó de menos y por las bonitas palabras que se dijeron.
Así fue la boda de Laura y Álvaro en los jardines de la Finca Maradela.